Monumentos

Castillo del Cid

El Castillo de Jadraque, también llamado Castillo del Cid, se ubica sobre el cerro más perfecto del mundo, según palabras de Ortega y Gasset. Se trata de un enclave estratégico en pleno valle del río Henares, que ha sido ocupado desde la Edad del Bronce, tal y como sabemos gracias a las excavaciones arqueológicas realizadas. Éstas han demostrado la existencia de una atalaya de origen islámico de finales del siglo VIII, que fue conquistada en el año 1085 por Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, durante su destierro. Tras su conquista Jadraque y su fortaleza fue cedido al rey Alfonso VI pasando a formar parte del Común y Villa de Atienza.

A principios del siglo XV Jadraque y su fortaleza pasa a formar parte de los dominios de la familia Gómez Carrillo tras el matrimonio entre un varón de dicha familia y una mujer de la familia real. Pero a finales del siglo XV, Alfonso Carrillo de Acuña realiza en 1469 un truque con Pedro González de Mendoza, el Gran Cardenal Mendoza.

El Gran Cardenal Mendoza realiza una reforma integral del Castillo, construyendo lo que se conoce como una fortaleza-palacio de estilo renacentista, tal y como se conserva en la actualidad. Se trata de una estructura una estructura muy bien diseñada pues los muros perimetrales se adaptan perfectamente a la superficie del terreno. En cuanto al sistema constructivo se observan dos caras, una interior y otra exterior, con sillares escuadrados, con un relleno de mampostería de diferente tamaño, cal y barro. Al interior presenta tres partes: el Patio de Armas, por el que se accede, de menor tamaño; un segundo Patio, en el que encontramos dos aljibes de agua de lluvia; y por último, el Palacio, de dos plantas y un sótano.

El Castillo de Jadraque forma parte del patrimonio de la Casa Mendoza hasta finales del siglo XIX. A lo largo de estos siglos ha sido morada de diversos reyes castellanos y españoles, como los Reyes Católicos, Carlos I, Felipe II, Felipe IV o Felipe V, así como de aristócratas o personajes ilustres que pedían asilo durante sus viajes.

A finales del siglo XIX, el Duque de Osuna, que también es Duque del Infantado (Casa Mendoza), saca a subasta pública el Castillo de Jadraque en 1888-1889, siendo el Ayuntamiento de Jadraque el ganador tras el pago de 305 pesetas, siendo en la actualidad propiedad municipal.

A lo largo de la segunda mitad del siglo XX el Castillo de Jadraque ha sido objeto de diversas restauraciones, con la finalidad de paliar los daños ocasionados por diferentes conflictos bélicos, como la Guerra de Sucesión, la Guerra de Independencia, pero sobre todo la Guerra Civil.

Gracias al paseo acondicionado por su perímetro exterior se puede disfrutar de las mejores vistas de Jadraque y del valle del río Henares.

Iglesia parroquial de San Juan Bautista

La Iglesia parroquial de San Juan Bautista fue construida por el arquitecto Pedro de Villa Monchalián a finales del siglo XVII de estilo barroco, sobre los restos de una iglesia del siglo XIII de estilo románico. Esta obra se financió con las aportaciones del Concejo, el Duque del Infantado y la herencia del jadraqueño José Gutiérrez de Luna, conocido como El Indiano.

Debemos destacar varias características arquitectónicas. En primer lugar, sus grandes dimensiones, siendo la más grande de todas las iglesias parroquiales de la Sierra Norte de Guadalajara; en segundo lugar, presenta una orientación norte-sur, algo raro pues la norma indica que los templos cristianos tienen que tener una orientación este-oeste; en tercer lugar, presenta una planta de cruz latina, que según varios investigadores fue la primera iglesia construida en la diócesis de Sigüenza con este tipo de planta.

El crucero está cubierto con una cúpula sobre pechinas rematada por una linterna que permite la entrada de luz natural. En dichas pechinas encontramos unos altorrelieves realizados en yeso y policromados, que destacan sobre el resto de la decoración. Estos altorrelieves destacan por la iconografía que representan: el Ángel de la Guarda, y los 3 Arcángeles. Esto es algo a resaltar, pues según la norma en ese espacio se deberían de representar a los evangelistas.

Destacan varios elementos decorativos realizados bajo el obispado de Santos Bullón en el siglo XVIII. En primer lugar, el retablo de estilo barroco; este retablo se vio afectado por la Guerra Civil, perdiéndose toda la parte inferior del mismo, de tal forma que a finales de los años 40 del siglo XX los vecinos de Jadraque decidieron comprar un retablo para su Iglesia, adquiriendo uno procedente de Carrión de los Condes. En segundo lugar, la rejería de forja de estilo barroco que delimita el crucero.

Al exterior, destacan la portada y la torre campanario, ambas del siglo XVII. La portada presenta una rica decoración barroca, aunque algunos investigadores indican que tiene motivos manieristas. Destacan tres elementos, el águila bicéfala imperial que corona la portada; varias conchas, que hacen alusión a la advocación del templo; y por último, una pequeña pera.

La Iglesia de San Juan Bautista custodia un gran número de piezas artísticas de un valor extraordinario. Varias laudas sepulcrales del siglo XVI realizadas en alabastro. La pila bautismal del siglo XVI de gallones cóncavos. En sus capillas encontramos varias tallas como Nuestra Señora del Castejón, réplica de una talla románica; Santa Águeda; San Cristóbal; San Sebastián; la Virgen del Carmen; San Antón; o el Cristo de los Milagros, crucificado de gran belleza atribuido a Pedro de Mena.

Por último, se custodian dos cuadros de especial valor artístico: Cristo recogiendo sus vestiduras después de la flagelación, realizado en 1661 por Francisco de Zurbarán; y Jesucristo con la cruz a cuestas, realizado en 1610 por Juan Bautista Maíno; ambos perfectamente catalogados.

Saleta de Jovellanos

La Saleta de Jovellanos se ubica en la planta baja de la antigua casa-palacio de la familia Arias de Saavedra, actualmente conocida como la Casa de las Monjas. En ella podemos disfrutar de los frescos realizados por Gaspar Melchor de Jovellanos y Francisco de Goya en 1808.

Jovellanos llega a Jadraque a principios de junio de 1808 gracias a la gran relación personal que tiene con Juan Arias de Saavedra, alargando su estancia hasta finales de septiembre de ese mismo año.

Las pinturas de la Saleta representan simbólicamente el momento en el que Jovellanos estuvo en prisión, sus vivencias y sus recuerdos de su patria natal, Asturias, así como la situación socioeconómica y política de la España de 1808.

Entre las pinturas destacan el Castillo de Bellver de Palma de Mallorca, la Bahía de Puerto Pi de Palma de Mallorca, así como varios paisajes con abundante vegetación, agua y casas de pueblo. En dichas pinturas encontramos varios detalles que reflejan la situación política del momento. Por un lado, a los pies del Castillo de Bellver, podemos ver una conversación entre un soldado napoleónico y un afrancesado español, pero al acercarnos observamos que el afrancesado español tiene clavado un puñal en el pecho. Por otro lado, contamos con dos banderas españolas decaídas y con los colores difuminados, sobre el torreón de la Bahía de Puerto Pi y sobre un torreón del Castillo de Bellver.

No olvidarnos de los detalles realizados por Francisco de Goya. Goya llega a Jadraque a principios de septiembre de 1808, de camino a Zaragoza. Los detalles aunque de pequeño tamaño son de una calidad extraordinaria: la cabeza del pescador de la Bahía de Puerto Pi; una niña jugando con un caballito de madera; y un niño con una cometa y un perro.

Cristo con la Cruz Acuestas

El Cristo con la Cruz Acuestas es el patrón de Jadraque. Se trata de una talla de estilo barroco del siglo XVII, de una gran belleza, atribuida a Juan Martínez Montañés. Señalar, que se trata de una talla de vestir, pues solo está tallado la cara, las manos y los pies. 

El rostro del Cristo presenta un sufrimiento que parece real, con unos ojos llenos de vida y expresividad, con la boca entreabierta que deja entrever una blanca hilera de dientes. Con la mano derecha agarra la cruz, mientras que con la izquierda se apoya en una roca. 

La talla presenta una rica policromía pues se realiza, en un primer momento, como paso de procesión para ser vista desde abajó, de ahí el realismo en la técnica del estofado y encarnado.

El cordón de oro que porta el Cristo como parte de su hábito de nazareno fue un regalo del torero Francisco Arjona Herrara, conocido como Cúchares, a mediados del siglo XIX, como pago de una promesa que contempla una hermosa leyenda de amor, devoción y tristeza.

Esta talla llega a Jadraque entre las pertenencias de los frailes capuchinos que se asientan en el Convento fundado en 1676 por la Duquesa del Infantado Dña. Catalina Gómez de Sandoval y Mendoza.

La talla del Cristo se custodia en la Ermita del Cristo o de la Soledad, antigua iglesia del Convento de Capuchinos, junto con una talla de la Virgen de la Soledad y un Cristo Yacente.

Durante la Guerra de Sucesión los vecinos de Jadraque decidieron ocultar dichas tallas, por seguridad, en la conocida «Cueva de los Santos» situada en la zona de Las Canteras; mientras que en la Guerra Civil se ocultaron en las bodegas del antiguo Convento, pudiendo salvarse y conservarse.

La talla fue restaurada en 1961 por Antonio Navarro Santafé, autor de obras como el Oso y el Madroño de Madrid.

Lienzo de Zurbarán, Cristo recogiendo sus vestiduras después de la flagelación.

Cristo recogiendo las vestiduras después de la flagelación es un lienzo de Francisco de Zurbarán realizado en 1661.

El lienzo representa un pasaje del Calvario de Cristo, en el momento en el que recoge las vestiduras tras su flagelación, pero no se percibe el sufrimiento que estaría padeciendo, pues la cara de Cristo no es la de una persona que acaba de recibir unos latigazos, y la sangre de la espalda apenas se percibe.

Zurbarán se centra en dos aspectos: por un lado, la cara, lo que ocasiona que el resto del cuerpo no guarde una proporción anatómica correcta, además, hay una gran diferencia en la definición de la cara y las manos y los pies; por otro lado, el movimiento, a través del pelo rizado, la mirada o el movimiento de las telas, la vestidura y el paño de pureza. Pero Zurbarán es consciente de lo que está representado, y juega con un elemento secundario. Una pequeña argolla con una soga atada que hace referencia a la columna. Zurbarán quiere que en el momento que veamos la argolla enseguida recordemos el sufrimiento que está padeciendo Cristo.

Durante la Guerra Civil el lienzo fue enviado, junto con toda la documentación, al Museo del Prado para su custodia y salvaguarda. En los años 90 del siglo XX fue restaurado por el Museo del Prado y el Instituto Andaluz de Patrimonio.

Ermitas

Ermita del Cristo y de la Soledad

La actual ermita del Cristo o de la Soledad fue la iglesia del antiguo Convento de los Capuchinos. Se trata de un edificio del siglo XVII de fábrica sencilla con muros de mampostería con contrafuertes para reforzar los muros, y portada con detalles barrocos y una pequeña espadaña.

El interior de una sola nave con las paredes encaladas custodia la talla del Cristo con la Cruz Acuestas, atribuida a Martínez Montañés, patrón de Jadraque; una talla barroca de la Virgen de la Soledad, con una patina extraordinaria; y una talla de un Cristo Yacente. Hasta 1936 estuvo dedicada a Nuestra Señora del Castejón, antigua patrona de la localidad. Dicha ermita está vinculada con la Casa Mendoza, pues en ella se desposó D. Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, hijo del Gran Cardenal Mendoza, con Dña. María de Fonseca, momento en el que recibe el título de Conde del Cid y Señor de Jadraque.

Ermita de San Isidro

Ubicada en las cercanías del cementerio municipal que fue construido en 1693, con un buen estado de conservación, presenta una reciente restauración de la cubierta y muros en el año 2010. Es de estructura sencilla de planta cuadrada con muros de mampostería. En su fachada presenta dos arcos de medio punto. Destaca el alero realizado en ladrillo con reminiscencias de estilo neomudéjar. En su explanada delantera se reúnen los agricultores para celebrar su festividad.

Ermita de Cáritas

Es un edificio de una sola nave con diferentes fases constructivas e incluso la reutilización de materiales como una estela de época romana. Existía una estancia anexa que actualmente está en ruinas. El ábside se fecha en los siglos XII-XIV, tratándose de un templo de estilo románico, siendo la parte media y trasera ampliaciones del siglo XVII, de estilo barroco. Existe una leyenda que narra que fue construida para celebrar la conversión de una joven musulmana al cristianismo.

Casonas Hidalgas

Jadraque cuenta con varias casas-palacio que pertenecían a familias hidalgas asentadas en la localidad:

  • Casa-palacio de la familia Arias de Saavedra: fue construida en el siglo XVIII y perteneció a la familia Arias de Saavedra, que por diversos matrimonios entroncan y forman parte de la familia Perlado Verdugo, manteniendo la propiedad hasta los años 40 del siglo XX, cuando se crea la Fundación Perlado Verdugo al ser la Iglesia Parroquial de Jadraque la heredera universal. En los años 70 del siglo XX, se cede a una pequeña congregación de monjas ursulinas para crear un pequeño internado y escuela para las niñas del pueblo, de ahí viene su nombre popular de Casa de las Monjas. La fachada principal esta coronada por el escudo de los Perlado Verdugo. La casona está dividida en planta baja, principal, cámara y sótano, antiguamente contaba con un amplío jardín que actualmente es la Plaza de Jovellanos. En el interior encontramos la conocida Saleta de Jovellanos. Además, actualmente alberga las dependencias de la Oficina de Turismo y dos espacios expositivos: el Museo de la Guarnicionería y el Despacho de Ochaíta.
  • Casa-palacio de las Cadenas: recibe el nombre de Casa de las Cadenas porque presentaba unas cadenas que colgaban del escudo, aunque también es conocida como la Casa de la Inquisición y la Casa de Postas. Se trata de un edificio del siglo XVII en cuya fachada contemplamos el escudo del Santo Oficio, ya que su propietario D. Pedro Algarero fue nombrado notario del Santo Oficio de Jadraque. En sus estancias se desarrolla un episodio importante, pues en la nochebuena de 1714 la Princesa de los Ursinos recibe a la reina Isabel de Farnesio en esta casa. Esta recepción finaliza cuando Isabel de Farnesio le propina una bofetada a la Princesa de los Ursinos y la exilia a Francia.
  • Casona de la Calle San Juan: se trataría de la casa más antigua que se conoce en Jadraque. En su fachada se pueden observar importantes elementos de época moderna, como se puede ver en los dinteles y sillares de las puertas y ventanas originales del siglo XVII. En buen estado se conserva el alero, de una gran riqueza ornamental, en el que podemos ver representada la estrella de David. En la fachada destaca el escudo de la familia Castilla, del siglo XVII.

Escudos Heráldicos

Paseando por las calles de Jadraque podemos disfrutar de varios escudos heráldicos coronando la fachada principal de importantes casas.

Escudo de la Familia Castilla

Escudo del siglo XVII situado en la Casa de la calle San Juan. Es un escudo timbrado con casco de hidalgo, lambrequines y cimera, modelo francés. A diestra partido. El primer cuartel tiene puestas en faja y colocadas en palo, cinco franjas horizontales, el segundo una banda con tres flores de lis. A la siniestra, en el tercer cuartel, un águila español mirando a la derecha, con las alas abiertas y la cola esparcida con una corona ducal. A ambos lados del águila cuatro flores de lis y una más en punta.

Escudo de D. Pedro Algarero

Escudo del siglo XVII situado en la Casa de las Cadenas de D. Pedro Algarero, representante del Santo Oficio en Jadraque. Es de modelo francés, timbrado con casco con lambrequines, cintas y adornos. En el campo desde el jefe a la punta una cruz alargada con los brazos deteriorados y terminando en punta. Rodeado por una orla sin adornos.

Escudo de Dña. Catalina Sandoval y Mendoza

Escudo del siglo XVII situado en la fachada principal del antiguo convento de los Capuchinos, hoy desaparecido, perteneciente a la fundadora del convento Dña. Catalina Sandoval y Mendoza. Modelo francés, timbrado con corona, posiblemente ducal. Tiene seis cuarteles, el primero en aspa, dentro de él, en el uno y el cuatro. Las barras de la Casa de Mendoza. En el dos la palabra «GRACIA PLENA» y una flor de lis y en el tres la palabra «AVE MARÍA» y otra flor de lis. El segundo, cortado, dividido a su vez en seis cuarteles. En el uno la figura de un animal gigante, posiblemente un dragón; puestos en taja, en el segundo un castillo, en el tercero, un león rampante, en el cuarto tres flores de lis, en el quinto dos flores de lis y en el sexto un león rampante. En el tercer y cuarto cuartel una banda. En el quinto cuartel, en aspa, en el uno las barras de los Mendoza, en el dos la palabra «GRACIA PLENA” y una flor de lis, En el tres, la palabra «AVE MARÍA» y otra flor de lis y en el cuarto, mantelado en punta, la barra de los Mendoza. El seis tiene cuatro cuarteles, en el uno y el cuatro un castillo y un león rampante, en el dos y el tres, tres flores de lis. En el corazón un escusón con tres cuarteles, en el uno una flor de lis, en el dos un castillo y en el tres una media luna. Bordura amplia alrededor del escudo, con espirales y motivos vegetales, terminado en la punta con un borlón igualmente con motivos vegetales.

Escudo de José Gutiérrez de Luna «El Indiano»

Escudo del siglo XVII que perteneció a José Gutiérrez de Luna «El Indiano», ubicado en la casa en la que vivió y murió. Es un escudo sencillo de modelo francés. Timbrado con yelmo de hidalgo, provisto de lambrequines y penacho, dentro del campo, en el jefe, una especie de corona. En el centro del campo un águila con las alas abiertas y a cada lado otras dos águilas mirando al centro y con las alas cerradas. Presenta una amplía bordura que envuelve el campo y el yelmo, lleva cuatro flores de lis a cada lado de la misma y a cada lado de la punta, una rosa.

Escudo de los Perlado Verdugo:

El escudo situado en la Casa-palacio de la familia Arias de Saavedra es del siglo XIX, aunque sustituye a otro anterior del siglo XVIII que fue destruido en la Guerra de la Independencia. Este escudo recoge las armas de los Perlado Verdugo, herederos de la familia Arias de Saavedra. De modelo francés, timbrado con corona ducal, acuartelado en cruz. En el primer cuartel, león rampante con dos cantones con un aspa cada uno y orla con ocho aspas. El segundo cuartel, partido, a la diestra un león rampante con un castillete en la punta. A siniestra puesto en faja, colocado en palo, en los cuarteles uno, tres, siete y nueve un castillo, en los cuarteles dos y ocho un león parado, en los cuarteles cuatro y seis un león rampante, en el cuartel cinco, en el corazón, un aspa cruzada por barras verticales y dos diamantes a cada lado, en la punta un castillo. En el tercer cuartel en aspa, en los números uno y cuatro, un candado, en los tres y cinco, figuras de difícil interpretación en número de cinco en cada uno de los cuarteles. En el cuarto cuartel, cortado y semipartido en su parte superior, en los uno y dos, un castillo y en el tres un león rampante. El escusón tiene cuatro cuarteles. En el uno dos leones acolados, en el dos una figura humana con corona y en el jefe dos tiras en aspa, en el tres en aspa, una cruz y un tridente, en el cuatro un león rampante y en el cinco, escudo tronchado a la diestra con tres motivos vegetales y a la siniestra con tres flores. Presenta una inscripción que dice: «GUARDIOLA CONDE DE BARCELONA», haciendo referencia a la rama de los Guardiola, antepasados de los Verdugo, a partir de D. Luis Manuel Guardiola y Guzmán de Verdugo (24‐12‐1633), primer Conde de la Moraleda y Caballero de la Orden de Santiago, cuyo descendiente Andrés Francisco Román Verdugo y Guardiola Guzmán (22‐1‐1640) casó con Elena Juliana Licher Merino de Jadraque, y más tarde José Francisco Verdugo y Licher Guardiola casó con Agustina Brígida Oquendo San Millán, padres de Manuel Verdugo Oquendo y María Ana Verdugo y Oquendo, madre esta última de D. Juan Arias de Saavedra y Verdugo. La bordura presenta varios elementos ornamentales, con tres flores de lis, una a cada lado del centro y otra en la punta.

Escudo de los Coronel y Salazar

Es el escudo más moderno de Jadraque, situado en una casa de la Plaza de las Posadas que da a la calle del Peaje. Es de modelo español, timbrado con yelmo de hidalgo con penacho y lambrequines, sumado de un brazo armado. Es un escudo partido, con un aspa en la punta. El campo derecho muestra cinco águilas pasmadas puestas en aspa, con una corona en lo alto de ellas, que representan las armas de los Coronel. En la parte siniestra, trece estrellas puestas en palo, y la bordura lleva ocho flores de lis, que representan las armas de los Salazar. El derredor es barroco, con una gran venera en la parte superior del escudo y adornos vegetales en los laterales y en la punta.

Escudo de la Familia Cámara

Escudo del siglo XIX situado en una casa de la calle Villaseñor. De modelo francés acasullado, timbrado con yelmo con adornos, perteneciente a un hidalgo. Acuartelado en cruz. En el primer cuartel en los uno y cuatro la figura de un árbol, en los dos y tres, cuatro franjas puestas en faja. El segundo cuartel, deteriorado, en el centro una flor de lis coronada y a cada lado de ella, otras dos flores de lis, con ancha orla con otras ocho flores de lis en su interior. El tercer cuartel partido, a la diestra una Cruz de Montesa con cuatro aspas en sus respectivos lados. En la siniestra una barra con los bordes protegidos. En el cuarto cuartel un castillo, dominando el campo, con una amplia orla que envuelve una inscripción que dice «las armas son el vencido y el campo del vencedor». Presenta una bordura con elementos vegetales.

Fuente de la Plaza Mayor​

Jadraque cuenta con varias fuentes que abastecían a los vecinos de la localidad, aunque debemos destacar la fuente ubicada en la Plaza Mayor. Fue construida en 1761, tal y como puede leerse en la inscripción que presenta en la columna central. Se trata de una fuente con un pilón octogonal, en cuyo centro se abre un cuerpo medio sujeto por una columna octogonal. Presenta cuatro caños decorados con caras antropomorfas de tritón.